Por supuesto, cada uno de estos indicadores dependen a su vez del comportamiento que tengan otras variables tanto cuantitativas como cualitativas. Por ejemplo, la tasa de inflación, la estabilidad socio-política, el ritmo de crecimiento económico, etcétera.
Una alta tasa de rentabilidad y una rápida recuperación de lo invertido pueden motivar a algunas personas a desafiar los riesgos. Sin embargo, es deseable para la gran mayoría de las personas intentar minimizarlo y hacer un balance entre el riesgo asumido y la rentabilidad obtenida por la inversión. Es así como la diversificación de las inversiones es una de las estrategias más convenientes para enfrentar dicha incertidumbre.