¿Jubilar o pensionar? Aunque ambos términos son diferentes, en la práctica se refieren a lo mismo: la etapa de tu vida en la que dejas de trabajar y comienzas a disfrutar de tus ahorros.

La pensión es la prestación económica que percibes por sobrevivencia, vejez o invalidez; mientras que la jubilación hace referencia al momento en que cesa tu actividad laboral por llevar una cantidad mínima de años en el trabajo o por llegar a la edad legal establecida (60 para las mujeres y 65 para los hombres), siendo posible recibir una renta mensual gracias al sistema de pensiones.

Puedes ser pensionado o jubilado por vejez, pero también puedes percibir una pensión sin necesidad de ser un jubilado. Por eso, vale la pena conocer un poco sobre la historia en torno a la formación del actual sistema de pensiones.

Los orígenes de las pensiones en Chile (1855-1924)

En Chile, las primeras normativas orientadas a regular las pensiones de vejez, invalidez y sobrevivencia -para miembros del ejército, marinos y funcionarios públicos- datan de 1855, 1866 y 1888, respectivamente. Esto posicionó al país como uno de los primeros en establecer un sistema de seguridad social.

Cabe señalar que en 1924 se aprobó la Ley N° 4.054, que creó el Seguro de Enfermedad, Invalidez y Vejez (de carácter obligatorio). Además, se fundaron la Caja de Previsión de Empleados Particulares y la Caja del Seguro Obrero Obligatorio, cuyo financiamiento era tripartito: aportes del patrón, del obrero y del Estado.

Los primeros administradores de pensiones en Chile (1924-1952)

En 1925 se crearon cuatro nuevas cajas de previsión que, pese a su simpleza normativa y baja cobertura, cimentaron el sistema de pensiones que operó hasta 1981:

  • Caja de las Fuerzas Armadas.
  • Caja para Carabineros.
  • Caja de Empleados Particulares.
  • Caja de Empleados Públicos.

En la práctica, en esta época hubo una importante expansión de la seguridad social, que obedeció a la presión de sindicatos y gremios profesionales, así como a la creciente creación de cajas previsionales (cerca de 35).

Uno de los hitos importantes en la historia de la jubilación en Chile se da en este período con la promulgación de la Ley N° 10.475, que estableció la posibilidad de recibir pensión para las personas con 35 años de servicio, estableciendo un régimen de pensiones por antigüedad, invalidez, vejez y supervivencia.

El antiguo sistema de pensiones o sistema de reparto (1952-1981)

En ese momento el sistema de pensiones se basaba en el reparto, es decir, se financiaban con las contribuciones de los trabajadores activos y del Estado, para concentrarse en un fondo común con el cual se financiaba la pensión de cada persona.

En cuanto a las edades de retiro, variaban en función de la profesión y la caja a la que se pertenecía, y se caracterizaba por una definición establecida de los beneficios a obtener. Por ejemplo, el monto de pensión a recibir no se relacionaba necesariamente con lo aportado por un trabajador durante su vida laboral, sino que con una definición de cálculo predefinida.

El nuevo sistema de pensiones: la creación de las AFP

En 1980 se promulgaron los Decreto Ley N° 3.500 y 3.501, con los que se buscaba la unificación y estandarización del sistema de pensiones, creando así el régimen vigente.

El sistema moderno se financia con las contribuciones que realizan los empleados en una Cuenta de Capitalización Individual, que es administrada por alguna de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Una vez cumples la edad de jubilar o pensionar por vejez, puedes seleccionar entre Retiro Programado (administrada por la AFP) o Renta Vitalicia (a cargo de una Compañía de Seguros de Vida).

 

Fue así como Chile se convirtió en el primer país en la historia de la jubilación sudamericana que impulsó una reforma substitutiva de su sistema de pensiones, pasando de un régimen público financiado por un esquema de reparto de beneficios a uno privado, que se sustenta con los propios recursos del trabajador.

Finalmente, el 11 de marzo de 2008, la expresidenta Bachelet firmó del decreto que promulgó la Ley N° 20.255, que constituye la reforma de pensiones más importante desde la creación de las AFP en 1980.

Entre otras cosas, establece un Sistema de Pensiones Solidarias, beneficiando a personas que, por diversas razones, no consiguieron ahorrar el saldo suficiente para financiar una pensión digna.

Además, estableció la posibilidad de que seas pensionado o jubilado aun cuando no tienes ahorros previsionales, siempre que seas parte del grupo más vulnerable de la población.