De acuerdo con la Asociación de Aseguradores de Chile, en el país hay cerca de 4 seguros por habitante, un dato que apela a pólizas de salud, vehículos e incendios, entre otros. De todos, uno de los más relevantes es el Seguro de Vida.

Pero ¿en qué consiste un Seguro de Vida?

Básicamente, es un instrumento financiero que otorga una protección económica para tus seres queridos en caso de que fallezcas, es decir, brinda una indemnización a las personas que designes como tus beneficiarios.

No obstante, hay varios tipos de personas que podrían ser beneficiarios legales de Seguro de Vida (hijos, pareja o padres, entre otros), los cuales recibirán la indemnización por parte de la Aseguradora en caso de tu fallecimiento.

¿Quiénes pueden ser beneficiarios del Seguro de Vida?

Para comenzar, es importante precisar que -siempre que exista un interés asegurable- puedes designar a quién estimes conveniente como el beneficiario de tu Seguro de Vida.

Ahora bien, si al momento de fallecer no están los beneficiarios que has designado, el Seguro de Vida será pagado a los herederos legales, que se dividen en cinco grupos:

  1. Para comenzar están los beneficiarios de primer orden: hijos, pareja o nietos.
  2. El segundo orden aplica en caso de que el fallecido no haya tenido hijos. En su defecto, heredaría el cónyuge o conviviente civil; si no, los padres u otros ascendientes próximos.
  3. Entre los beneficiarios de tercer orden destacan principalmente los hermanos; esto en caso de ausencia de todos los posibles herederos antes mencionados.
  4. Para el cuarto orden aparecen los parientes consanguíneos del fallecido que no son ascendientes o descendientes: tíos y primos.
  5. En quinto orden, y al no existir las figuras previamente mencionadas, el Fisco será el beneficiario de la póliza.

Consejos para elegir al beneficiario de tu Seguro de Vida

Habiendo aclarado lo referente a los beneficiarios y herederos legales de un Seguro de Vida, vale la pena precisar algunas consideraciones a la hora de elegir quién o quiénes recibirán la indemnización:

Considera la edad

La mayoría de las Compañías de Seguros no pagan beneficios a menores de 18 años. La mejor opción es establecer un fideicomiso y designar a alguien para que administre la cuenta hasta que la persona alcance la mayoría de edad.

¿Tu beneficiario sabe administrar el dinero?

Algunas personas no son buenas gestionando el dinero. Si este es el caso de tu beneficiario, puedes designar a un tercero para que administre ese dinero y se lo otorgue una vez que tenga las competencias para utilizarlo de manera responsable.

Ten un plan B

Por último, es conveniente que nombres un segundo beneficiario. Así, en caso de fallecer tu primer beneficiario (antes que tú), la indemnización recaerá en el segundo beneficiario sin necesidad de validar un testamento.

 

Más allá de lo anterior, es importante recordar que los herederos legales entran en la ecuación solo si los beneficiarios designados se encuentran fallecidos al momento de la muerte del titular del Seguro de Vida.

La importancia de contar con un Seguro de Vida

Puesto que los beneficiarios legales de Seguro de Vida suelen ser familiares o seres queridos, contar con este tipo de soluciones es clave para proteger a quienes amas una vez que ya no estés, especialmente si eres su sostén económico.

Así, podrán usar el dinero para pagar cuentas y otros gastos de la vida diaria. Además, podrán cancelar créditos, pagar la universidad de los hijos y eventuales deudas tras fallecimiento, entre otras cosas.

Ahora que ya sabes en qué consiste un Seguro de Vida y quién puede recibir la indemnización en caso de tu fallecimiento, es importante analizar la oferta del mercado y optar por entidades que garanticen confianza gracias a su amplia trayectoria, como Penta Vida.

En Penta Vida encontrarás el Seguro de Vida que buscabas para garantizar la tranquilidad de tus seres queridos. Además, podrás incluir coberturas adicionales como protección ante invalidez y muerte accidental, cubriendo diversos escenarios en los que es indispensable el resguardo económico, tanto para ti como para tus beneficiarios.